12/12/2015

Sancho de Vallecilla y el Casal


Capitán de mar y guerra de varias flotas reales del siglo XVI

SANCHO DE VALLECILLA Y EL CASAL

Sancho de Vallecilla y el Casal nació en los años 1540, en Portugalete, Vizcaya. Su padre, Martín de Vallecilla y Fernández de Rasines, fue durante más de 30 años piloto en la mar. Comenzó su vida en el mar embarcándose en el año 1558, posiblemente en cuanto cumplió los 15 años, una edad que coincidiría con la que empezaron otros ilustres marinos coetáneos suyos.

Participaba en la navegación de cabotaje al mando de su navío, especialmente en los dos viajes anuales que salían desde Portugalete con destino a Flandes, transportando mercaderías que cargaba en los puertos andaluces o, más comúnmente, lana de Burgos y cierta variedad de productos propios (barras de hierro, castañas...) que se embarcaban en Bilbao o en la misma villa de Portugalete.

Alternaba esta labor con frecuentes servicios a la Corona, bien mediante la prestación de sus barcos, cuando estos eran requisados para tomar parte en alguna empresa concreta, o bien ofreciendo sus servicios como maestre y piloto en algunas armadas, destacando su labor en la Armada de Pedro Menéndez de Avilés, en que actuó de piloto mayor.

La segunda parte de su actividad, que daría comienzo en torno al año 1580, está dedicada por entero a la milicia, actuando en diversas acciones de guerra como capitán de mar y guerra al mando de un galeón y de una de las compañías embarcadas en la Armada del Océano y, también, ejerciendo como consultor, o siendo reclamado por sus vastos conocimientos en materia de navegación y de barcos para hacerse cargo del arqueo de algunos navíos y escuadras.

EMBARCACIÓN DE LA ARMADA ESPAÑOLA

Antes de que se dedique por entero a la milicia, se hallaba como maestre de su propio navío, transportando lanas en las flotas que dos veces al año hacían el trayecto Portugalete-Flandes. Por ejemplo, en el año 1567 se le encuentra como maestre y dueño de la nao Nuestra Señora de la Concepción, que con una carga de 278 sacas de lanas partió con destino a La Exclusa o Ramua. Vallecilla perdió esta nao cuando navegaba cercana a la costa de Bretaña, al encallar a causa de su excesivo calado.

Pocos años después, en 1572, perdió otro navío nuevo, el galeón Nuestra Señora, de 150 toneles, en la que sin duda alguna fue la jornada más trágica que ha vivido la flota de Portugalete en toda su historia. Los barcos que componían la flota de esta villa, unidos a los de Bilbao y a los de las Cuatro Villas, se unieron a la armada que aquel año mandaba el duque de Medinaceli, encargada de llevar soldados y provisiones a los estados de Flandes que se hallaban alzados contra el monarca español. Tras una serie de episodios desgraciados, con todos los barcos requisados para servir en la armada, la poderosa flota de los rebeldes (los "mendigos del mar"), fue acabando, uno por uno, con la mejor flota mercante que existía en aquel tiempo.

En los años inmediatamente posteriores aparece llevando bastimentos desde Santander a Lisboa, también que los de La Rochela le tomaron otra nao nueva de otras 200 toneladas, por estar entregando 100.000 anegas de trigo que llevó a su cargo en 18 naos y navíos.

En abril de 1579, se encontraba en San Lúcar de Barrameda, junto al también maestre portugalujo Pedro de Herrada, en los días previos a que saliese una flota con destino a Cartagena de Indias de la que Sancho de Vallecilla fue general. Dicha flota se hallaba ya surta en el puerto de Cartagena en enero del año 1580.

Durante algunos años, sirvió de maestre y piloto en el galeón capitán en que andaba el adelantado Pedro Menéndez de Avilés en la guarda de la Carrera de Indias. El avilesino Pedro Menéndez era el marino más destacado de aquellos años y Vallecilla, como piloto mayor de su armada, pudo aprender muchísimas cosas de este genial militar y navegante.

En 1574, murió Pedro Menéndez. Vallecilla había adquirido con él enormes conocimientos sobre el arte de navegar y la construcción de navíos.

En torno al año 1570 Sancho de Vallecilla, contrajo matrimonio con la portugaluja Antonia Fernández de Rasines y Gobela. Poco después nació su primogénito, Martín de Vallecilla y Rasines y algún año después su hijo segundo Francisco de Vallecilla y Rasines. Ambos fueron militares y marinos muy señalados.

El año 1581 el rey pidió la opinión de un reducido grupo de personas, elegidas entre las que más sabían en aquel tiempo de navegación, acerca del modelo y traza de los galeones que se mandaron construir aquel año en Bizkaia. Sancho de Vallecilla era uno de ellos entre los que se encontraban también Cristóbal de Barros, el mejor constructor de naos que tenía la corona, y los marinos Diego Flores de Valdés, Pedro Sarmiento, Martín de Zubieta, Juan Martínez de Recalde y Juan de Lasarte.

Vallecilla llevó de Santander a San Lúcar tres galeones de los nueve que fueron fabricados por Cristóbal de Barros y, habiéndolos probado "a todo trance", certificó que eran los mejores y más veleros "que ninguno hasta hoy ha navegado". Vallecilla quedó tan encantado del gobierno de aquellos navíos que pidió al rey que le diese el mando de uno de ellos.

El año 1584, atendiendo a la petición de Vallecilla, el rey le otorgó el título de capitán de mar y guerra de uno de los seis navíos que quedaban en Santander, que sumados a los anteriores, fueron convertidos en una armada que se puso a las órdenes del bilbaino Juan Martínez de Recalde.

En junio de 1585, al mando del galeón La Asunción se encontraba formando parte de la Armada de galeones de Recalde, con la misión de limpiar las costas de enemigos. Ese mismo año, también sirvió como capitán de una compañía de la Real Armada de Galeones de la Guarda de Indias, en las Azores, para recibir a la Flota de la Carrera de Indias. Estaba compuesta por 9 galeones y 3 fragatas con con Juan Martínez de Recalde por general y, con el grado de alférez, se hallaba su hijo Martín, futuro general, en el que fue su primer viaje (de hecho, en ocasiones Martín de Vallecilla reemplazó a su padre en la plaza de capitán por las repetidas ausencias de su padre sirviendo a S.M. en el apresto de armadas). Poco tiempo después regresó la armada dando protección a las flotas de Indias. Aquella flota estaba llena de mandos de origen vascongado: el almirante Francisco de Eraso, el veedor y contador Marcos de Aramburu, y los capitanes Sancho de Vallecilla, Macián y Domingo de Urquieta, etc.

EMBARCACIÓN DE LA ARMADA ESPAÑOLA

En 1586, Sancho de Vallecilla marchó a Cartagena de Indias como capitán del galeón La Asunción, de la misma Armada de Indias, a las órdenes del general Álvaro Flores de Quiñones en sustitución de Recalde. Se pretendía traer una gran suma de oro y plata y se temía que el corsario Francis Drake, al frente de una flota cuyo número de navíos se estimaba en unos 30, junto a la de otros corsarios ingleses intentaran atacar la flota o algunas ciudades americanas.

En septiembre de 1588, el general Álvaro Flores de Quiñones nombró a Sancho de Vallecilla capitán de infantería y de mar de un barco de la Armada de pataches con la que aquel año navegó a Tierra Firme, pues en esta ocasión no llevó galeones.

En 28 de diciembre de 1589, Sancho de Vallecilla recibió orden del duque de Medina Sidonia de levantar un "fuerte golpe" de gente de infantería, marineros y artilleros en Sevilla, para enviar a las provincias de Tierra Firme.

En 1590, se hallaba en prisión en Sevilla a causa de 800 ducados en que fue condenado en la visita de galeones del año 1587. Se le concedió la libertad para que pudiese navegar ese año a Indias con la condición de que fuese pagando de su sueldo aquella cantidad.

En 1590, se encontraba en un patache en la Armada de Galeones, al mando de Juan de Uribe Apallua.

En 23 de diciembre de 1591, se le dio Cédula de S.M. para que partiese de la corte al puerto del Ferrol a recibir el galeón San Simón y los navíos del cargo de Francisco Gallinaro y los de las presas que él hizo y los llevase con la infantería y demás gente a la vuelta de Lisboa. El rey le remitió carta aprobando el cuidado con el que entró en Lisboa con los navíos.

En 11 de febrero de 1592, recibió el título de capitán de mar y guerra de uno de los galeones de la Armada de Indias a cargo del general Juan de Uribe Apalua. En 3 de febrero de 1592, Juan de Uribe le escribe encargándole se diese prisa en el despacho de las naves que llevaría a su cargo y nombramiento de dicho general para que en la navegación de la Armada del Océano desde Cádiz a Lisboa sirviese de almirante por ausencia del propietario.

El año 1593, el general Francisco Coloma sustituyó a Juan de Uribe al mando de la Armada de Indias, y el 12 de febrero de 1593, ordenó a Vallecilla que fuese a las Salinas, a buscar y recoger los marineros que llegaron allí en la capitana de Vizcaya.

Posteriormente, le ofreció otra orden, de 4 de abril de 1593, para que por la prisa con que les ordenaron salir los navíos que quedasen aprestándose quedasen a cargo de Sancho de Vallecilla y fuese con ellos en su seguimiento.

Órdenes de 6, 13 y 27 de julio de 1593 del adelantado mayor de Castilla y del capitán Cristóbal Sánchez, a cuyo cargo estaba la Armada de la Guarda del Estrecho, de lo que debía hacer en el manejo de los navíos que traía de su escuadra, de la que era almirante.

En 23 de febrero de 1594, partió la armada a las órdenes de Coloma de la bahía de Cádiz y, aunque la vuelta estaba prevista para antes del verano de ese año, se hallaba de invernada obligada por la falta de bastimentos y de carena para los navíos, aguardando a que desde España les enviasen suministros. Junto con la Armada de Indias se vieron obligadas a posponer su partida las Flotas de Tierra Firme y de Nueva España,

En esta ocasión existen documentos que nos permiten conocer el organigrama de mando de la armada: Francisco Coloma, capitán general; Diego de Sotomayor, almirante; Fadrique Cancer, capitán del Tercio de Infantería Española y gobernador de dicho Tercio. Los capitanes embarcados de los Tercios: Marco Antonio Becerra, Pedro Esquivel, Pedro de Chabarri, Luis de Velasco, Pedro Sánchez Escudero, Pedro Díaz de Nabia, Juan de Villaverde, Sancho de Vallecilla, Francisco del Corral y Pablo de Aramburu. Finalmente, el sargento mayor Pedro Durán y el alférez Carlos Milán. La armada estaba compuesta por 8 galeones (de los que era capitana el San Felipe y almiranta el San Andrés), 5 fragatas (una de las cuales era la Santiago que se hundió perdiendo la vida el capitán Hernando Caballero y toda la tripulación) y dos pataches (o zabras, una de ellas la Santa Clara), una carabela (Esmeralda) y dos charrúas (Espíritu Santo y San Pedro).

En aquella ocasión la Armada y flotas que se hallaban en puerto, contradecían las órdenes reales por las que se mandaba a su capitán general que partiese sin dilación antes del mes de julio hacia España. Ante la imposibilidad de cumplirlas sin poner en gran riesgo barcos y tripulaciones, Osorio juntó a sus mandos para que diesen su parecer sobre lo que debía hacerse. La mayor parte fue del acuerdo de esperar, aún sabiendo que la broma pudriría algún barco. Sancho de Vallecilla también fue de esta opinión. A la vez, añadía un dato que nos resulta de gran interés pues, para apoyar su propuesta, aseguraba que había navegado desde hacía 25 años en la Carrera de las Indias, es decir, desde el año 1569, dato que ya apuntábamos más arriba para tratar de conocer el año en que sirvió a las órdenes de Pedro Menéndez de Avilés.

En marzo de 1595, se le dio instrucción para que volviese a España. En septiembre del mismo año hallamos a Vallecilla embarcando en Cádiz con su compañía de infantería, en uno de los barcos de la escuadra de galeones "ilíricos" (italianos), compuesta por 12 galeones y 5 naos, que mandaba el napolitano Pedro de Ybella con destino a Lisboa. En 20 de septiembre de ese año, recibió licencia del conde de Portoalegre para dejar la compañía a cargo del alférez y acudir a Sevilla en servicio de S.M.

En 29 de agosto de 1596, se le dio título como capitán de infantería y gente de mar que se embarcase en uno de los filibotes de la escuadra del general sevillano Pedro Tello de Guzmán (que el año anterior había acabado con John Hawkins en Puerto Rico), que se aprestó para llevar socorro a la armada y flotas que venían a cargo del general Bernardino de Avellaneda. En diciembre de 1596, fue nombrado almirante de la Armada de la Guarda de Indias de Pedro Tello.

En noviembre del año 1597, se dio a Vallecilla el mando de una escuadra compuesta por 4 pataches para correr con ella la costa del Cabo San Vicente y "enmararse" y descubrir los enemigos y dar cuenta de ello.

FIRMA DE SANCHO DE VALLECILLA

Las distinciones a Vallecilla fueron muchas, pero nunca consiguió llegar a a ser una figura que destacase tanto como sus cualidades lo requerían. Fue propuesto en diversas ocasiones para ser almirante de diversas flotas, en 1602 para almirante de la Armada de la Carrera de Indias, en 1604 para la de Tierra Firme, en 1605 para la flota de Nueva España y en 1606 para almirante de la flota de Barlovento.

No hay duda de que Sancho de Vallecilla era consciente de que su carrera militar no podría llegar mucho más lejos que aquellas distinciones que consiguió, en una época en la que llegar a general de alguna armada requería o bien títulos nobiliarios o bien disponer de antepasados cuyos servicios prestados se acumulasen a los que podía presentar uno mismo. Él no tuvo esas oportunidades pero, a cambio, abrió las puertas de par en par a sus descendientes, quienes contaron, entre otros títulos, los de gobernadores, generales y almirantes.

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