El Reino
de Asturias surgió
de la reacción que el hispano-visigodo Pelayo efectuó en Cangas de Onís ante la
actuación del gobernador musulmán de Gijón. Este magnate supo reunir bajo su
mando a un grupo de refugiados godos e hispanos con los que contó para resistir
en la victoria de Covadonga en el año 722.
El primer rey de Asturias fue Alfonso
I, hijo de Pedro, duque de Cantabria, y de Ermesinda, hermana
del conde de Oviedo, Favila, y nieta de Pelayo. El primer rey astur aprovechó
el abandono de las posiciones bereberes en el valle del Duero para efectuar una
serie de exitosas campañas que le llevaron hasta las cercanías de la cordillera
Central. Aunque tuvo que replegarse al norte ante la falta de gentes para
repoblar el suelo tomado.
Su reino controlaba los
territorios de las Primorias (Cangas de Onís), Asturias, Liébana, Trasmiera,
Sopuerta, Carranza y las Vardulias (primitiva Castilla), que fueron repobladas
no sólo con sus naturales sino con gentes que huían de los invasores
islámicos desde posiciones más al sur. Otras regiones de su reino no
necesitaron este aporte humano, pues siempre estuvieron pobladas por sus
naturales: Álava, Vizcaya, Ayala, Orduña, y limitando con el Condado de
Pamplona las villas de Deyo y Berruela.
REINO DE ASTURIAS (SIGLOS VIII-IX) |
La primera referencia sobre Álava se escribió durante el reinado de Fruela
I, quien sucedió a su padre en el año 757. Tuvo que reprimir
varios alzamientos de los condes locales, gallegos y alaveses, que tenían una
amplia autonomía. Su matrimonio con una mujer vascona, Munia,
puso fin a las disputas.
La noticia sobre los vascongados,
que se encuentra en las Crónicas de Alfonso III,
es muy escueta: "Uascones reuelantes
superauit". El término "reuelantes" siempre se
refiere a las subversiones interiores que sucedieron en el Reino astur y que
tuvieron su fundamento en ambiciones personales y no en pretensiones étnicas. A
la inversa, tal expresión nunca se utilizó para identificar los conflictos
entre reinos. La importancia de la cita está en que es la primera vez que el
etnónimo "vascones" o "Vasconia" aparece en España
referida a un territorio fuera del ámbito navarro.
En las décadas siguientes, los
vascongados participaron activamente en las disputas por el trono real. Así,
cuando Alfonso II fue derrocado por Mauregato, en 783, tuvo que
abandonar Oviedo y refugiarse entre sus parientes maternos: los vascongados.
Una vez recobrado el trono, se dedicó a defenderse de los ataques que el
Ejército de los Omeyas cordobeses realizaron por constituir el principal
exponente de la resistencia cristiana. Durante los años de su reinado, entre
los años 791 y 841, los territorios de Álava y Castilla sufrieron las aceifas
musulmanas en una docena de ocasiones, ya que la calzada romana que seguía el
valle del Ebro era una vía de entrada despejada para las incursiones militares.
REINOS PENINSULARES (SIGLO IX) |
En 850, Ordoño I tuvo que hacer frente a una sublevación de los alaveses, que contaban con el apoyo de los Banu Qasi, según quedo escrito de manera escueta en la Crónica de Alfonso III: "prouincie Uasconie ei reuellauir". La calificación de "prouincie" indica la situación administrativa del territorio con respecto al Reino astur.
Durante el reinado de Alfonso
III, entre los años 866 y 910, las relaciones con los
vascongados de Álava sufrieron encuentros y tensiones. La Crónica
Albeldense recoge
que el rey asturiano tuvo que hacer frente en dos sublevaciones: "Uasconum
feritatem bis cum exercitu suo contriuit atque humiliauit". La Crónica
de Sampiro ampliaba
la información de la primera de estas rebeliones, efectuada en el año 868,
explicando que no hubo un enfrentamiento bélico, sino que los insurrectos
mostraron vasallaje al rey cuando comprobaron la superioridad de sus fuerzas.
Álava se instituía como un condado, cuyo conde era un representante regio en la
zona que estaba apoyado por magnates locales.
Bajo el nombre de Vela
Jiménez aparece
el conde de Álava, en el año 882, rechazando a los musulmanes ante los muros de
la fortaleza de Castro Cellórigo (La Rioja) y colaborando con Diego Rodríguez,
conde de castilla, en la defensa de la fortaleza de Pancorbo (Burgos).
PLACA CONMEMORATIVA DE LA BATALLA DE CEROLLIGO |
Vizcaya no aparece referenciada en los textos, salvo
en la Crónica de Alfonso III. Su territorio se
extendía en los siglos IX y X entre las cuencas de los ríos Nervión y Deva y
estaba supeditada al Condado de Álava por ser esta una región de mayor
importancia estratégica para el Reino asturiano. Era un territorio secundario
con una baja densidad poblacional y una economía dedicada a la ganadería bovina
y a la pesca fluvial. Las incursiones normandas obligaron a sus gentes del
litoral a guarnecerse en las montañas interiores.
No obstante, la estructura
administrativa del Reino astur se extendía con seguridad por tierras vizcaínas
y en las primeras décadas del siglo X ya aparecía identificado uno de sus señores Monnio de Vizcaya. Era
un magnate vinculado personalmente a Pamplona por su matrimonio con la hija de
Sancho I Garcés Velasquita.
La situación de Guipúzcoa durante los siglos IX y X es
prácticamente desconocida. De hecho, su primera mención data del año 1025, pero
basándose en datos eclesiásticos se comprueba que estas tierras estuvieron
vinculadas en al ámbito religioso a la diócesis de Dax y posteriormente, a
partir de 830, a la de Bayona, con lo que habría que especular con una
inclusión al Reino franco, quizás desde tiempos visigodos. La pérdida de la
influencia carolingia en la zona durante el siglo IX dejó el terreno libre a
Asturias y Pamplona.
A pesar de la carencia de
fuentes, no parece sostenible la existencia de una entidad política
independiente en la zona. En un documento del año 893 del monasterio de San
Julián de Labasal, donde se enumeran las entidades político-territoriales de la
zona, no aparecía recogida su presencia. Al igual que en Vizcaya, la población
se desplazó hacia el interior ante los ataques normandos, lo que ocasionó la
fundación de villas en los valles interiores como Vergara, Hernani y Oyarzun,
que empezaron a ser citados en la documentación del Reino pamplonés.
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